Después de un poco más de diez horas de vuelo, llegamos yo y mi madre a París, ciudad cerca de la cual habíamos vivido durante 17 años. Dormimos en casa de mi tío ? el hermano de mi madre ? e hicimos un montón de cosas: pasearnos por la región (eso sí muchísimo), visitar a mi familia portuguesa que no había visto desde hacía tres años... Pasé unos momentos fantásticos en su compañía, como descubrir (pasivamente jeje) el paintball con mi tío, o comer un ?arroz de tomate? muy rico, ya que preparado por mi abuela. Sin embargo, a pesar de estos momentos, había dos problemas: el frío (14 grados a las dos de la tarde, ¡no me jodas!) y que no podía hablar criollo, porque la gente no lo entiende... Hemos quedado 8 días, del 17 hasta el 20.